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Marco Ramírez e Iván Pérez durante la demostración a los alumnos del colegio Cervantes. / ARNALDO GARCÍA
Fue un lunes un poco menos lunes para los alumnos de Educación Primaria del colegio público Cervantes, ubicado en el barrio gijonés de La Calzada. El recreo de 12 a 12.30 horas llenó de júbilo a los estudiantes en la recta final del curso. «Entre tanta preparación de exámenes viene bien un descanso», decían excitados varios niños, conscientes de que tenían unos invitados muy especiales.
Entusiasta ovación de los presentes para recibir a Iván Pérez y Marco Ramírez, campeones mexicanos de peonza, quienes durante el próximo mes y medio prevén recorrer varios colegios y parques de Asturias para demostrar su destreza con este juguete, también conocido como trompo. En España se venden al año cerca de 20 millones de peonzas, siendo Asturias una de las comunidades punteras. «Sabemos del respeto que tienen los asturianos por los juegos populares y tradicionales», apuntaron los expertos, quienes tras su periplo por el Principado se irán a Lisboa, República Checa y Costa Rica.
Atrás quedaron las peonzas de madera y la cuerda atada a una moneda de 25 pesetas. Ahora la peonza es de plástico desmontable y la punta es giratoria con doble rodamiento, lo que favorece aún más la posibilidad de realizar diferentes trucos. El carrusel, el boomerang, el turbo carrusel, la Cobra, el cohete, el turbo hélice, la estatua, el Dormilón, el futbolista y la torre eiffel fueron algunos de los trucos que hicieron las delicias de los pequeños.
«Con el permiso de los padres, lo que buscamos es desdigitalizar un poco a la juventud. Después de la pandemia tenemos la sensación de que han ido desapareciendo, aún más si cabe, los juegos tradicionales de los recreos. También enseñamos todas las medidas de precaución que se deben tomar para su uso en el patio del colegio», indicó el representante de la empresa Trompos y Cometas, encargada de este evento promocional.
El punto álgido de la demostración fue, claro, cuando los niños entraron en juego. Dos concursos para ver quien era el alumno que hacía rodar durante más tiempo la peonza elevó los decibelios del patio del colegio gijonés. Jaime y Noelia resultaron ser los ganadores de una peonza y una camiseta de Pokemon. Por un momento se olvidaron de tablets y TikTok.